tras la muerte sin sucesión de Sebastián I de Portugal en 1578, Felipe II fue coronado rey del país vecino y ello inauguró un período de ochenta años durante los cuales toda la península estuvo unida bajo un solo monarca.
A lo largo de estos años y una vez consolidada la unión, varias veces se especuló con el traslado de la corte a Lisboa. ¿Qué hubiera sucedido? En un ejercicio de pitoniso y conociendo ciertos hechos históricos, ¿dónde estaríamos ahora?
Inicialmente, los portugueses no hubieran peleado por deshacerse de España, hubiera sido raro si ya tenían el poder. Y si la unión hubiera perdurado con una capital en Portugal, lo más probable es que en la península se hablase portugués, así como en toda Latinoamérica. El castellano hubiera quedado reducido a una lengua autonómica más, en el mejor de los casos, y ahora estaríamos hablando de normalización lingüística en Segovia, al más puro estilo "convergente".
Al fin y al cabo, lo del idioma no hubiera sido algo tan grave, pero ¿en qué podría haber cambiado la Historia? Inicialmente, una alianza ibérica hubiera sido beneficiosa sin duda. Un mayor poderío naval y la ausencia de disputas territoriales hubieran ahorrado esfuerzos y configurado el mayor imperio conocido. ¿Quién podría hacer frente al un imperio colonial que se extendería por Ámerica, África y Lejano Oriente?.
Ahora bien, también es un hecho histórico que el mayor terremoto de la Historia fue el que sacudió Lisboa en 1755. Sesenta mil víctimas y la ciudad arrasada por el temblor y el subsiguiente maremoto ( se estima una ola de 15 metros de altura provocada por un Richter 9.0 de seis minutos de duración).
Bien, especulemos: una desgracia de ese tipo habría dejado ese gran imperio en el desgobierno. Una administración descabezada, e incluso peor, con los reyes y sus herederos muertos bajo las ruinas de palacio. Caos. El tipo de golpe del que un país tarda en recuperarse décadas.
No hubiera sido de extrañar que la debilidad repentina de la metrópoli hubiera dado alas a las ambiciones independentistas de ultramar. España perdió las colonias a principios del siglo XIX debido al desgobierno que provocó la invasión francesa. Es factible que hubiera sucedido algo similar pero 75 años antes, y que la independencia hubiera configurado un gran estado sudamericano integrando Brasil y alguno de los territorios vecinos (Venezuela, Colombia).
Estamos en 1765 y este gran estado emergente tiene grandes riquezas e independencia. Mientras, el que será su vecino del Norte aún no se ha librado del yugo inglés (la independencia americana no llegaría hasta 20 años después) y es incomparable el territorio y las riquezas que atesoran.
¿Habría ocupado esa "Nueva España" el papel que han detentado los Estados Unidos de América a lo largo de estos dos siglos? ¿se habría trasladado el polo de poder a América en detrimento de Europa? ...
Bien, no me voy a extender en esta paranoia histórica, pero ... ¿a qué es curioso como una decisión bastante peregrina sobre la capitalidad peninsular pudo haber cambiado el destino del mundo?
A lo largo de estos años y una vez consolidada la unión, varias veces se especuló con el traslado de la corte a Lisboa. ¿Qué hubiera sucedido? En un ejercicio de pitoniso y conociendo ciertos hechos históricos, ¿dónde estaríamos ahora?
Inicialmente, los portugueses no hubieran peleado por deshacerse de España, hubiera sido raro si ya tenían el poder. Y si la unión hubiera perdurado con una capital en Portugal, lo más probable es que en la península se hablase portugués, así como en toda Latinoamérica. El castellano hubiera quedado reducido a una lengua autonómica más, en el mejor de los casos, y ahora estaríamos hablando de normalización lingüística en Segovia, al más puro estilo "convergente".
Al fin y al cabo, lo del idioma no hubiera sido algo tan grave, pero ¿en qué podría haber cambiado la Historia? Inicialmente, una alianza ibérica hubiera sido beneficiosa sin duda. Un mayor poderío naval y la ausencia de disputas territoriales hubieran ahorrado esfuerzos y configurado el mayor imperio conocido. ¿Quién podría hacer frente al un imperio colonial que se extendería por Ámerica, África y Lejano Oriente?.
Ahora bien, también es un hecho histórico que el mayor terremoto de la Historia fue el que sacudió Lisboa en 1755. Sesenta mil víctimas y la ciudad arrasada por el temblor y el subsiguiente maremoto ( se estima una ola de 15 metros de altura provocada por un Richter 9.0 de seis minutos de duración).
Bien, especulemos: una desgracia de ese tipo habría dejado ese gran imperio en el desgobierno. Una administración descabezada, e incluso peor, con los reyes y sus herederos muertos bajo las ruinas de palacio. Caos. El tipo de golpe del que un país tarda en recuperarse décadas.
No hubiera sido de extrañar que la debilidad repentina de la metrópoli hubiera dado alas a las ambiciones independentistas de ultramar. España perdió las colonias a principios del siglo XIX debido al desgobierno que provocó la invasión francesa. Es factible que hubiera sucedido algo similar pero 75 años antes, y que la independencia hubiera configurado un gran estado sudamericano integrando Brasil y alguno de los territorios vecinos (Venezuela, Colombia).
Estamos en 1765 y este gran estado emergente tiene grandes riquezas e independencia. Mientras, el que será su vecino del Norte aún no se ha librado del yugo inglés (la independencia americana no llegaría hasta 20 años después) y es incomparable el territorio y las riquezas que atesoran.
¿Habría ocupado esa "Nueva España" el papel que han detentado los Estados Unidos de América a lo largo de estos dos siglos? ¿se habría trasladado el polo de poder a América en detrimento de Europa? ...
Bien, no me voy a extender en esta paranoia histórica, pero ... ¿a qué es curioso como una decisión bastante peregrina sobre la capitalidad peninsular pudo haber cambiado el destino del mundo?
Joder Zorro, pareces Laporta y su liga iberica.
ResponderEliminarTe ha salido un buen Whatif.
ResponderEliminarY chapeau al comentario de arriba xD
Mmmm... Me gustaría hablar portugués. Bueno, la verdad es que me gustaría hablar muchísimas lenguas. Sería genial poder entenderme con gentes de diversos lugares.
ResponderEliminarY también me gusta el arroz caldoso con marisco y cilantro, el pollito a la brasa, el bacalo a la dorado, los pastelitos de Belem... Sí, yo habría sido muy feliz si todo lo que especulas hubiera sucedido.
Espero con ansia tu "especulación" sobre si no hubiera existido aquello que llamaron "La Reconquista".
ResponderEliminarja, ja, la Historia es compleja, tanto, que a veces sospecho que la han fabricado cuatro historiadores con mala leche y tres gintonics de más. Mola manipular.
ResponderEliminarHay que reconocer que cultura histórica no te falta y que utilizas bien los engranajes que hubieran funcionado por el hecho de que la capital hubiera estado en Lisboa. En todo de acuerdo, aunque con dos matices: lo del terremoto se hubiera superado bien, ya que en Portugal permitió, gracias a Pombal, fraguar un pais nuevo y, desde luego, lo que se hubiera producido es la independencia de Cataluña, demasiado lejos de la capital y desencadenante del conflicto que se tradujo en la independencia de Portugal y en el mantenimiento de Cataluña en España (1640).
ResponderEliminarNo es paranoia. Es historia-ficcion y de la buena. Un saludo cordial
Conociendo a portugueses y españoles:
ResponderEliminarHablaríamos inglés y o Francés.
El continente americano triplicaría la población negra de origen africano.
Comeríamos bacalao a tutiplén.
Yo habría nacido en the Algarbe y tú en le province de Le port.
Y lo que no me apetece ni pensar es que estaríamos acostumbrados a los besos con pelo bigotudo.
Yáñez
Interesantísimo post para un iberista convencido como yo.
ResponderEliminarLa idea de un Reino o República "de España y Portugal" como unidad política con sede en Lisboa es una idea mil veces repetida en diferentes momentos de la historia. Generalmente el iberismo ha estado vinculado con el socialismo y con el anarquismo. No es mi caso.
La misión histórica compartida entre ambas naciones y lo coyuntural de la existencia de dos estados justifica a mi modo de ver una fusión territorial y política entre España y Portugal.
Todos deberíamos reflejarnos en la historia del país vecino, si bien determinadas actitudes portuguesas en América, sobre todo la abierta implicación de sus reyes en el tráfico de esclavos, arroja manchas oscuras -y no asumibles- en su trayectoria.
La lengua a hablar, los matices culturales, la organización territorial del nuevo Estado, etc, son pequeños detalles que no deberían ser obstáculo para un intento de fusión, máxime cuando una significativa parte de la población de ambos países la verían con buenos ojos según encuestas recientes.