es curioso como podemos pasar horas argumentando para simplemente concluir en lo más básico. Ira, amor, poder, propiedad ..., mirad a vuestro alrededor y veréis como hasta los personajes más complejos se guían por instintos simples. Alucinante, y obvio a la vez: 100.000 años de rutina no se cambian así como así.
Una discusión prolongada es un laberinto en el que la verdad se pierde fácilmente.
ResponderEliminarTambién se puede decir que si la razón parece demasiado enrevesaada, seguramente no sea la correcta, o que debajo de todo, lo que subyace es lo primordial...
No sé. A veces entre lo actual y lo pasado, casi preferiría volver a la época de las cavernas. Por lo menos podría excusar ciertos comportamientos. :)
ResponderEliminarUn besote, vecino, que hacía tiempo que no me paseaba por la blogosfera.
En primer lugar, manifestarle que me gustaba muchísimo más el anterior diseño de su blog. Tanto tono rojo me parece inquietante...
ResponderEliminarY respecto a la entrada, tiene usted razón. Los seres humanos somos bastante más instintivos de lo que creemos. Siempre he sostenido (y no es una idea mía) que el único motivo para que los hombres nos hayamos dado unas normas de convivencia obligatorias y una civilización es por el puro acojone a sufrir mamporros un día sí y otro también, ya que el conflicto, la lucha, el egoísmo y la violencia son por desgraia nuestra tendencia natural.
Ah, y se olvida del instinto animal del sexo, que tanto condiciona a la Humanidad.
ResponderEliminarSin duda, Art, la mejor manera de perder la razón es complicando el argumento.
ResponderEliminarLa época de las cavernas sólo es buena para explicarnos lo que hoy somos. Personalmente, y siendo de campo, prefiero estar calentito frente a la chimenea Elektra.
Excelente reflexión, señor Neri, que comparto plenamente.
Respecto al nuevo aspecto de la página, ha de estar tranquilo, que no es un color vinculante. Mis planteamientos políticos son bastante eclécticos (por contraposición a extremos), algo que también se podría decir de los que aparecen en su blog, por cierto.
No hablaba de política, Zorro. Es inquietante porque no contrastan las letras y me va a subir dos dioptrías mi astigmatismo leyendo su blog ;-) ¡Claro que soy ecléctico!
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