Hermana, a veces, justo antes de que el contramaestre nos despierte a gritos y empellones, sueño con nuestras montañas, y me veo a mí mismo en la parte más alta del monte, desde donde en los días claros se divisa con claridad la silueta de las murallas nuevas de Turégano. Al despertar el aroma de los pinos se cambia por el olor a salitre que lo impregna todo, y casi deseo que uno de esos horribles monstruos marinos de los que habla el viejo García acabe con todo esto. Este viejo es de Guadalajara y como yo, uno de los pocos nacidos lejos del mar. No obstante, "la mar" como el dice, hace ya siglos que se coló en sus ojos acuosos. Esos ojos sin fondo que a veces te traspasan. Dicen en la nave que García ve el futuro y yo, que desde que hace un año salí de Collado he visto tantos prodigios, diría que así es.
Antes, cuando el segundo piloto me dijo, "Gonzalo, tú eres el siguiente para subir a la cofa", vi como el viejo miraba al marinero de Triana, a ése tan callado del que todos se mofan, y oí como murmuraba "No te esfuerces, Gonzalo. No serás tú quien primero divise tierra. Lo hará Rodrigo, el de Triana, y bien pronto ".
Miro hacia arriba y entre el trenzado de la jarcia se ve al pobre Rodrigo. Para él la fama. Ni la recompensa prometida por el almirante, ni el honor me recompensan del error que cometí el día que abandoné nuestra tierra segoviana. Hoy sólo quiero volver, aunque sea sin un maravedí en el bolsillo. Así que ojalá divisemos ya ese maldito Cipango ...
¡Me encanta! Subía y bajaba con el balanceo del mar en tus palabras....
ResponderEliminarYo tengo un viaje de trabajo a América dentro de unas semanas. Es increible cómo han cambiado las condiciones de estos viajes. Pero prometo gritar para mis adentros "tierra" en cuanto la divise desde el avión.
ResponderEliminarMe hace pensar que Gonzalo no sabía nadar pero que creía a pies juntillas en CORREOS,de todas maneras me he sentido por un rato viajero, marinero, aventurero y Segoviano como el buen Dyc.
ResponderEliminarLincecolorao.