¿Una decepción?

Antes del mundial parecía que los equipos africanos iban a ganar la final. Hoy, a toro pasado, algunos tachan al fútbol africano de bluff y se atreven a pronosticar que no ganarán nunca por carácter, filosofía de juego, etc, etc.

Un primer dato: el fútbol africano ha acudido al mundial con cinco selecciones, mientras que el continente americano ha contado con ocho y los europeos hemos llevado catorce. La inferioridad estadística es palpable.

Más cosas: sus ligas, sus medios están a años luz de las argentinas, brasileñas, mexicanas o cualquiera de las europeas y se ha comprobado que cuando a un chico que destaca en África le das las condiciones mínimas para desarrollarse, responde. Y si no lo creéis, leed los párrafos siguientes.

En el pasado hubo excepciones como Fontaine (marroquí con el record absoluto de goles en una Copa del Mundo, trece en 1958 defendiendo la camiseta francesa), Eusebio, mozambiqueño y uno de los mejores jugadores de la Historia del fútbol o Ben Barek marroquí de Casablanca al que cualquier aficionado colchonero recuerda.

En la actualidad y de forma más regular han triunfado grandes jugadores africanos como el actual pichichi español, Samuel Etoó, que es camerunés. Y ya tuvimos un balón de Oro y Fifa World Player, Georges Weah, al que no vimos lo suficiente porque nunca pudo participar en el mundial (es liberiano). Y a la vez que Weah nos deslumbraba en el Calcio, dos genios como Nwankwo Kanu y Finidi George ganaban la Copa de Europa de 1992 con el Ajax.

Con todos estos datos creo bastante probable que un equipo africano pueda colarse regularmente en semifinales de un mundial. El próximo mundial es en Sudáfrica así que puede que ese día no esté tan lejos.