28 noviembre 2006

Compra-venta de oxígeno

una amiga me ha enviado hoy una impactante noticia de
El Mundo. Coca, un pueblo segoviano del que ya hemos hablado en el blog, ha decidido reclamar al Estado una cantidad económica por el aire que purifican sus pinares, aplicando el principio de "quien limpia, cobra". Desconozco si ese principio tiene suficiente validez legal para que los caucenses tengan éxito en sus demandas pero lo que sí tiene es cierta lógica...

En estos tiempos de Kiotos y climas enrabietados hay países que pagan a otros por usar su "derecho a ensuciar". Así, los países desarrollados pueden seguir contaminando y los subdesarrollados reciben una bonita subvención que a priori no les cuesta nada. ¿NADA? Mientras los caciques de turno se meten el dinero en el bolsillo pensando "estos europeos están majaretas", los no menos caciquiles jefes de gobierno occidentales se van a la cama tan tranquilos pensando que sus fábricas ensucian un aire que está a miles de kilómetros de sus chimeneas. Sí, chicos, ser imbécil es gratis.

La iniciativa del pueblo de Coca puede sumar un poquito de aire limpio a una solución mucho más compleja. ¿Por qué no, a la vez que se multa al que ensucia, no se incentiva al que limpia? Bajo esta perspectiva podríamos dejar pedir a Brasil y a Indonesia que no talen sus bosques, pero no por la cara, sino a cambio a un fondo común al que contribuyamos el resto de países.
Subvencionando el cuidado de los árboles, para los que ahora los cortan será más rentable verlos crecer.

Y a menor escala, en nuestro país, dejemos de subvencionar inútiles cultivos de girasol o barbechos sin sentido e incentivemos la plantación de árboles en terreno privado. La idea no es tan descabellada ¿verdad?

2 comentarios:

  1. No puedo evitar disfrutar de lo bonito de la sugerencia: subvencionemos los arboles.

    Sin embargo, el friedmanista que hay en mi no puede evitar estar en contra de cualquier tipo de subvencion. Deja que el mercado se encargue de ello!!! diria el bueno de Friedman ahora desde el mas alla.

    No se porque pero me temo que tenia razon. Una nueva subvencion con los arboles, crearia una nueva corrupcion ...

    Si, bie, ahora no se nos ocurre como, pero hay gente mucho mas lista que se encargaria de buscarla :-(

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  2. No tiene por qué ser una subvención. En el este hipotético "banco del oxígeno" los contaminadores comprarían a los productores de frondosas sus créditos y los utilizarían para pagar sus impuestos por contaminar.

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