10 mayo 2007

El medio amigo

hoy os voy a contar un cuento. No es mío, ni es precisamente reciente. Fue escrito hace casi 700 años en algún lugar de Castilla por el infante Don Juan Manuel, sobrino de un rey y yerno de otro. El conde fue un noble castellano típico, político, militar, conspirador, un hombre poderoso del que sin embargo nada sabríamos si no hubiese tenido la gran virtud de escribir bien.

Bueno, no me extiendo con el rollo y paso al cuento, incluido en el libro "El conde Lucanor". Lo he reducido y adaptado un poquito para que no os aburráis:

"hablando el Conde Lucanor con Patronio, su consejero, le dijo:

-Patronio, tengo muchos amigos, según creo, los cuales me prometen hacer cuanto me convenga, aunque para ello tengan que arriesgar vida o hacienda, e incluso me juran que estarán siempre junto a mí a pesar de cualquier peligro. Como sois de muy agudo entendimiento, os ruego que me digáis de qué manera podré saber si estos amigos míos harán por mí cuanto dicen".

Y Patronio, en lugar de responderle, le contó la historia de un hombre cuyo hijo se jactaba de tener muchos y leales amigos:

-Hijo, me sorprende que en tan poco tiempo hayas conseguido tantos amigos cuando yo, que soy anciano, sólo he conseguido un amigo y medio.

El hijo comenzó a porfiar, afirmando una y otra vez que era verdad lo que le contaba de sus amigos. Cuando el padre vio porfiar así a su hijo, le rogó que los probase de este modo: que matara un cerdo, que lo metiera en un saco y que fuera a casa de cada uno de sus amigos y les dijera que llevaba a un hombre a quien él había muerto.

Así lo hizo el mancebo y se fue a probar a sus amigos, como su padre le había mandado. Cuando llegó a casa de cada uno de ellos y les contó el peligro que corría, todos le dijeron que en otras necesidades le ayudarían, pero no en esta, porque podrían perder todo lo que tenían; y le pidieron, por Dios, que nadie supiese que había hablado con ellos.

Desilusionado, el hijo contó a su padre lo sucedido y éste le sugirió que fuese a pedir ayuda a la casa de su medio amigo. Así lo hizo y cuando, en medio de la noche, acudió a casa del hombre, éste sólo le miró, pensativo, y entonces se echó a la espalda el saco con el cerdo muerto, pensando que era efectivamente un hombre, lo llevó a la huerta y lo enterró en un surco de coles; volvió a ponerlas como estaban antes, y despidió al mancebo, al que deseó buena suerte.

- El medio amigo, no solamente se había jugado su vida y hacienda por un muchacho al que apenas conocía, sino que ni siquiera había hablado de ello con el padre del chico. Así que, Señor Conde Lucanor, podéis estar seguro de que hay algunos amigos verdaderos, pero son muchos más los que se llaman amigos sólo en la prosperidad y, cuando la fortuna es adversa, desaparecen".

10 comentarios:

  1. Gran cuento, sí señor. Y no por antiguo es menos cierto y además ciertamente aplicable a la vida de hoy tan acostumbrada a las aves de paso y a las aves de carroña.
    Estoy seguro,Zorro segoviano, que tu posees mas de un medio amigo, pero si con este cuento pides ayuda para enterrar algún muerto (justamente si ha caido ante tu cimitarra)en tu jardin de coles, cuenta con mis manos que han participado en mil batallas.

    ResponderEliminar
  2. Porque lo que cuenta este cuento es muy cierto yo solo me fío de verdad de mis perros…

    ResponderEliminar
  3. Éstoy también muy de acuerdo...pero cierto es que los pocos que tengo son incondicionales...

    ResponderEliminar
  4. por culpa de este cuento tengo la espaldad jodida, no te cuento la de sacos con el jodido cerdo que he enterrado en mi pueblo.

    ResponderEliminar
  5. A ver que yo me entere, osea que tienes que cargarte y enterrar a todos los cerdos que estén jodiendo a tus amigos? ahh claro, y así entonces demuestras tu amistad no? Joder que sabio el Patronio este jajajajajaaja.
    Bueno fuera de coñas, yo tengo desde hace años un pensamiento y es que los amigos solo son realmente amigos cuando lo demuestran,y descuida que siempre llega el día, de hecho alguna vez he tenido que aplicarme esa máxima cuando alguien que apenas me conoce asegura que soy su amigo, claro que cuando suelto eso se quedan con un careto ....., pero si hoy en día hay "amigos" que no se estiran ni para una caña¡¡ como para pedirles 20 Euros y no te digo si le dices que has matado a un tío, te denuncian por si hay recompensa. Ahhii¡¡ como está el mercao¡¡

    ResponderEliminar
  6. Aún recuerdo cuando de pequeño os pedí ayuda para enterrar una rana que había matado "Galli", malditos, tuve que cavar la fosa yo sólo.
    Y pensar que ahora os considero mis amigos. Si leo este post hace unos años habrían cambiado algunas cosas.
    Zorropiscinas, tienes pagadas las cañas y los torreknos.

    ResponderEliminar
  7. Eh Zorro !!!! ¿ no sería una gallina de mi abuelo ???? De todas formas me hubiese gustado ver la " fosa" tan tremenda que cavaste...ja,ja...
    Zorropiscinas: ¡ Qué razón tienes !!! De todas formas pienso que para ir de cañas TODOS valemos, lo difícil es estar en otros momentos...

    Chao chatos...me voy a disfrutar del "pedazo de día " que hace..

    ResponderEliminar
  8. jajajajajaja, por unas cañas y unos torreknos te cavo las fosas de rana que hagan falta, ves? hace años si nos llegas a ofrecer unas bolsas de ganchitos y unos chicles seguro que te habría ido mejor con la fosa, pobre, qeu callos te saldrían¡¡¡¡ jua,jua,jua,jua, a ver si este finde me acerco.
    Zorrita Carrasca, que Galli mató a una rana, no que mataron a una gallina que no te enteras Contrerassssssss jajajjaja, ala¡ a disfrutar del día los que tengáis fiesta chat@s.

    ResponderEliminar
  9. Jo !!! Qué mal estoy !!! La verdad es que cuando lo leí acababa de salir de guardia, ja,ja...Bueno en cualquier caso, si no curro, nos podemos comprar unos ganchitos y unas pipas y subir a la montaña...hoy he estado con la Zorrita de Bea cual lagartas al sol...un besote chatos...
    Por supuesto quedan invitados el resto de contertúlios...

    ResponderEliminar
  10. amigos reconocelos en la adversidad ....

    ResponderEliminar