cuando llegas a cierta edad (básicamente la que uno tiene en cada momento), sueles pensar que, en términos de personas, has visto de casi todo. A tal efecto uno se fabrica una suerte de armario lleno de cajoncitos para meter a unos u otros según parezcan de esta manera o de aquélla. No digo que sea mala práctica, por cómoda, pero tiene sus peligros. El principal es que cuando conocemos a alguien, tendemos a meterle rápidamente en uno de esos cajoncitos, y frecuentemente nos equivocamos.
Personalmente fui un fan de estas clasificaciones durante un tiempo, pero pronto me libré de la comodidad del prejuicio. La razón de este desapego por los cajones no fue porque me llegara la madurez de golpe, sino porque fallaba once veces de cada diez. Rebusco y rebusco pero no recuerdo haber acertado nunca en esa "primera impresión" que supuestamente queda para siempre.
Hoy sigo teniendo el armario, pero me tomo mi tiempo para meter a cada uno en su cajón (y también para sacarlo, claro).
A mí no me metas en nigún cajón que me pongo malo de pensar en la oscuridad que debe de haber dentro, los olores, y si te toca con alguien que no le gustan tus chistes malo malo, en fin si me tienes que meter en algún sitio, que sea en la carcel que te dan de comer, te visten, tienes tiempo de sobra para leeer y para estudiaar y sobre todo SEXO gratis a todas horas.
ResponderEliminarjeje!! mis cajones están vacíos porque tendría que meter a los individuos por trocitos... demasiadas facetas para una sóla "etiqueta"... a propósito... en cual me has metido??? soy clasificable??
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. Especialmente con el tiempo, uno tiende a encajar a la gente que va conociendo con lo que ya conoce. No sé si es vagancia o prudencia, pero creo que funcionamos así. Leí el otro día esto: "La edad adulta es cuando te has encontrado con tanta gente que cada nueva persona te recuerda a otra" (Frederic Ogden Nash, 1902 - 1971, poeta norteamericano)
ResponderEliminarNo suelo clasificar, digamos que me pasó lo que a ti, que cuando era mas jóven, y mas inmadura, creía que la gente llevaba impreso un código, y que en dos minutos lo descifraría y luego archivaría. Pero cumples años, ves y vives cosas... y sinceramente, hay tanto por descubrir y somos todos tan cebollas... capas y capas... que es un pecado capital etiquetar, y matamos la esperanza de seguir descubriendo, y eso es el motor de esta vida... descubrir... abrir los ojos, mirarlo todo, tener una mente abierta a ello...
ResponderEliminarTe comprendo, ya no guardo etiquetas, no me permito esa criba estúpida antes de tiempo.
Un besazo, sozorrodesgoviaaaaaa¡¡¡¡
Est� m� bien eso de meter a la gente en el armario en lugar de ayudarle a salir, chocho.
ResponderEliminarZorro, a mi mientras me dejes estar dentro de la caja de cervezas, no pasa nada.
ResponderEliminarDespués de los posts sobre el estado, las funciones o no del mismo, los funcionarios y su utilidad, y dada mi devoción por el estado del bienestar de los países nórdicos, mira que notición he encontrado que me ratifica en mi idea de pedir la nacionalidad sueca:
http://www.thelocal.se/7650/20070619/
de mientras, ya me he puesto cuatro tachuelas en el traje.
Un comentario sobre las banderitas que te aparecen (que sepas que tengo manipulada mi IP y yo soy el andorrano). Por cierto, estos 25 europeistas de tus visitantes, no serán los europeistas de Rosa Diez?
Personalmente creo que tienes razón. Eso de que la primera impresión es la que queda es mentira.
ResponderEliminarYo no es que etiquete a la gente, pero cuando la conozco con profundidad simplemente sé lo que puedo esperar de cada cual.
Y por eso ya no suelo enfadarme con mis amigos, como cuando era un adolescente, acepto sus defectos como ellos soportan los míos.
Un abrazo.
wooww thanks x tu visita¡¡este post me gusto y tienes razòn en lo q escribes¡¡¡me gusto¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarbesitos
Bueno, está claro que cada maestrillo tiene su librillo. Yo no suelo equivocarme. Si hay algo que no me gusta en una persona, pienso que son paranoias y actúo en consecuencia dándole una segunda oportunidad que contradiga mi primera impresión, pero siempre hay algo, antes o después que me reafirma que yo tenía razón. Lo que pasa es que no tengo confianza suficiente y no actúo en consecuencia. Me iría mejor. Creo que de ahora en adelante me dejaré llevar más por mi intuición.
ResponderEliminarYo es que soy bastante prejuicioso, y no porque no me guste esto o lo otro, o busque gente de una forma determinada... sino porque a la hora de las relaciones soy bastante cuidadoso y no me ando clasificando ni para lo bueno ni para lo malo. Simplemente dejo que las cosas ocurran sin que yo ni las impulse ni las rechace.
ResponderEliminarY ya te digo, esto no es algo que yo haya escogido hacer, siemplemente me sale, una forma de ser como otra cualquiera.
Eso sí, el que entra lo suele hacer de por vida, claro.
uiss¡¡ Yo también tengo un armario de pm para gente maja, luego tengo una caja cerrada con candado y tirada la llave a un pantano en la que a través de una pequeña rendija que solo se yo donde está meto a los/as impresentables, hay algunos que llevan años y todavía ninguno se ha percatado de donde está la rendija jejeejeje.Por cierto en invierno saco la caja a la terraza, que se fastidien ;-)
ResponderEliminarAsí que ya sabéis, si os cruzais conmigo, a ser majos si no queréis pasar frio.
Me encantó este post. Dices verdades como templos.
ResponderEliminar¡Qué fácil es etiquetar a alguien de un vistazo y qué difícil desetiquetarlo!
Y como bien dices, la edad, la experiencia, la madurez te va dando las heramientas oportunas para no caer en esa tentación tan errónea.
Todos vamos con protección por la vida, por esos miedos acumulados desde niños y nos envolvemos entre capas de disfraz para protegernos y luego, pasa lo que pasa: Nos vamos desvistiendo y va apareciendo nuestro verdadero yo... Para algunos ya es muy tarde y te tienen metido en uno de esos cajones...
¡Aysss! Lo mejor: ni etiquetar ni dejar que te afecten las etiquetas.
Besitos lindos,
bueno, ¿no me habréis encasillado por este post? ¿no? (:]
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