18 septiembre 2008

Las discos de pueblo

El invierno en el que cumplí los 16 años y mis padres decidieron que ya era tiempo de dejarme llegar tarde a casa, me di cuenta, amargamente, de que la mayoría de mis amigos de Madrid no tenían el mismo privilegio. Supongo que mis padres, al ver que seguía llegando a casa a las 11 de la noche, pensaron que era un tío formal y se alegraron de haberme dado tanta confianza. Snif. Volvía porque nadie más se quedaba.

Por suerte llegó el verano y las vacaciones en el pueblo y la situación cambió. En mi pueblo no hay, ni hubo nunca, una discoteca o siquiera un pub donde bailar y oír música, así que íbamos a un pueblo cercano, Navafría. Ahora el desafío ya no era poder quedarse tarde o no. El desafío era simplemente conseguir salir del pueblo. Navafría está a 8 km y los coches escaseaban. Casi siempre conseguíamos que alguno de los “mayores” (los que tenían cinco o seis años más y que hoy pasan los 40) nos llevaran amontonados en plan vagón de ganado. Seis, siete en cada coche. A veces tumbados por si nos paraba la Guardia Civil.

El regreso era peor. Los coches iban regresando según avanzaba la noche, y claro, no apetecía volverse tan pronto. Total, que la mayoría de los días acababas volviendo al pueblo en coches de borrachines que apenas conocías o con algún alma caritativa que te recogía en la carretera después de haber andado varios kilómetros. Esos días la borrachera se pasaba viendo amanecer.

Y al día siguiente, comentar la jugada, que si me entro ése o aquél. Que vaya castaña llevabas, que si tal y cual, y que todavía queda el sábado … fines de semana de 48 horas de juerga. Qué aguante teníamos. Cualquiera lo diría, ahora que algunos se duermen al segundo cubata en el Freddy.

Lo que no cambiaba nunca era la música. Durante los diez años que estuve saliendo a Navafría casi todas las canciones fueron españolas y más o menos funcionaba en este orden, siempre igual, noche tras noche:

Con canciones como “Sobre un vidrio mojado” de los Secretos comenzaba el asunto. A esta hora todavía se podia hablar (e incluso vocalizar algo)



Tócala ULI”, de Gabinete o alguna de Loquillo solían abrir el fuego rockero




luego venían “Cielo del Sur” de La Frontera y “Mediterráneo” de Los Rebeldes con el toque rockabilly de cada noche:






Cuando sonaba el siguiente “temazo” yo ya llevaba seis o siete cubatas y tocaba hacer el animal en una pista llena de tíos tan borrachos como un servidor: “Pandilleros”, de Dinamita pa los Pollos, ese grupo mítico …




Sabor de amor”, de Danza Invisible no fallaba ni una noche, y la cantaba toda la pista . La gente lo daba todo porque sabían que el asunto se acababa. Era la hora de los micrófonos invisibles que todo el mundo llevaba en una mano. En la otra el cubata, claro.



Y para cerrar, como no, una lenta en la voz cascada de los Burning: “Otra noche sin ti

14 comentarios:

  1. joder, yo hacía 30 km para poder discotecar... y si, volviendo con los calaveras del pueblo tajas perdido e incluso por caminos para evitar la guardia civil.

    Respecto a lo musical, donde yo iba lo del rock español pues bueno..... no era lo usual (recuerdo que ponían Parálisis Permanente, Glutamato y Derribos Arias). La banda sonora de mi juventud (bueno de hecho sigo con ellos aún) era Ramones, Cure, Siouxie, Sex Pistols, Talking Heads, Primitives, etc, etc..... que el MusicLand era muy moderno para aquellas épocas.

    Y lo del aguante.... vente un día de paseo conmigo y ya verás como al octavo sigues de pie.

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  2. Me parto. Es real como la vida misma. En el pueblo donde pasaba las vaciones la situación era idéntica o casi: el pueblo era receptor de gente. Una vez, un chaval del pueblo vecino volvía borracho en su coche y la guardia civil lo paró. Le hicieron la prueba de alcoholemia y daba positivo. Le dieron la media horita de rigor para darse una vuelta y que se le bajar la mosca. Pero el tío la aprovechó para llegar a su casa y acostarse. Cuando se despertó, cogió sus herramientas y fue a donde la guardia civil había inmovilizado su coche. Le quitó las cadenas o lo que fuera que habían puesto y se marchó motorizado tan contento. En fin, historias de la cripta.
    En tu lista me falta "Jerónima" de los Mojinos escocíos. En el pueblo de mi padre la ponían siempre cuando amanecía.

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  3. Gran anécdota, Zorro. Me hiciste acordar a una vez en que mi mamá nos comentó, a mi hermana y a mí, que éramos niñas, que en la antigüedad se pagaba con bolsas de sal. Y mi hermana le preguntó a mi mamá: "vos pagabas con sal?".

    :)

    Y ahora te leo y veo esas canciones viejas, y me río. Que no sos mucho más grande que yo, qué tenés, ¿diez años más?, pero no puedo evitar reirme.
    Supongo que los adolescentes de ahora escuchan las cosas que cuento y se rien de mí, o les parece algo viejísimo. La venganza es terrible.

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  4. Se te ha olvidado Billy Jo en el aserradero.
    Tampoco citas al espectacular DJ Pepe Romera, artífice de las sesiones veraniegas en El Patio y Lobiche.
    Como recordarás sólo había un coche en el que el conductor no iba "tostao", el mío. Eso si, volvía demasiado pronto para según que crápulas.
    Grandes años esos de los que hablas querido Zorro, incluso para el abuelo del grupo.

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  5. je, je. Tranqui pasaba que aún me queda cuerda ...,

    buf ... querida maestra anda que no hay canciones de éstas en el "llutuve". Me ha costado elegirlas. No sé, tendré que hacer otro post continuación ... con "Jerónima" por supuesto.

    das en el clavo Gilda, te saco 11 añitos, bien disfrutados. ¡Espero que tú los utilices bien y nos cuentes muchas historias mientras tanto!

    Jose Manuel, cabrón. Eras un santo, macho. Lo que nos aguantabas no se paga con dinero. Todos chuzos y tú a zumos de melocotón. Aquel Solara forma parte de mi adolescencia (a DJ Romera quise olvidarle, pero me lo has recordado)

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  6. Al santo, alguien le llamaría años más tarde "el maricón del zumito".

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  7. bonito, entrañable,melancólico y genial post!
    que grande! algo parecido me pasaba amí en el pueblo en vacaciones! en fin, que tiempos aquellos!

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  8. Yo te tenia por mas viejo Zorro y ahora leyéndote me doy cuenta de que somos casi de las misma quinta, mismas canciones, parecidas anécdotas y eso si, en mi pueblo habia ¡cuatro discotecas!

    Y yo hasta hice mis pinitos como pinchadiscos en una con catorce años recién cumplidos.

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  9. Joder Zorro-Lobo que tiempos aquellos, pero yo escuchaba a los barón rojo, obús, iron maiden, ac/dc, topo, triana y esas cosas.

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  10. Halaaaaaaaa! anónimo ha dicho zumito. Bueno, supongo que José Manuel te perdonará porque me da que eres de la familia ...

    El tito Mati y el Cowboy saben de qué hablo cuando añoro esas discotecas. Yañez me parto, ¡no me digas que eras un heavy de pantalones de pitillo! ¡Y ahora adicto a Ismael Serrano, amos qué!

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  11. A propósito de este comentario os contaré que estuve el viernes en un concierto de Hombres G, y diré, que me lo pase estupendamente bien, y comprendí que mi ejercicio de madurez que empezó esta primavera se ha visto finalizado, dejando a Peter Pan y entonando la canción de Presuntos Implicados "Como hemos cambiado". Ya soy adulta... Y es que allí estábamos en una carpa en Majadahonda unos cientos de personas entre los 35 y 45 años, algunos con sus hijos, que horrorizados miraban a sus padres gritar y dar saltos, con Sufre Mamón y Venecia, besarse y hacerse caricias con "Te quiero y Temblando" y pidendo a gritos irse a dormir o algunos lamentándose por no haberse quedado con la Abuela.
    El caso es que allí, estábamos mirando nuestra adolescencia pasar como una película y poniendo la banda sonora a ese pedo, a esa ruptura amorosa, a esos morreos y manoseos en un garito de Moncloa y a ese mirar la hora para salir corriendo en el metro o autobús y empezar a elaborar una excusa a tus padres más creíble que la de el autobús no venía... El caso es que ya estamos mayores y no podíamos cantar y saltar a la vez porque nos faltaba el resuello. Perdiendo la coordinación de movimiento al compás de la música y empezar a darnos cuenta que ya bailamos casi igual que los padrinos en las bodas o las madres en las fiestas del pueblo.
    Y sin embargo allí estábamos mirándonos y sonriendo y disfrutando durante dos horas de ese flash back, para terminar a las 2 de la mañana hechos polvo, poniendo punto y final a una semana de trabajo, jefes, compañeros, niños...y a una noche de viernes que recuperaríamos a lo largo del fin de semana...porque los excesos se pagan...cada vez más.

    Un placer.

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  12. Aunque soy de la capital también he tenido noches de esas, sobre todo en verano, cuando me marchaba a veranear a Cuenca. En mi caso la música era punk rock patrio, ya sabe, Reincidentes, la Polla, S.A. y sí, también a veces los Burning.

    Cuántos buenos recuerdos me trae este post.

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  13. ¡¡¡Que buenos recuerdos me has traido , pero que buenos ....!!!

    (Yo tambien me hacia mis kilometros para bajar desde el Escorial a la marcha de Madrid ....)
    Un beso

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  14. ke tiempos aquellos!!! esos lanzamientos libres de hielo hacia el dj residente (=romera), y junto esa epoca quien no recuerda el "acid house " de segovia en el OKI, y aquellas exhibiciones de agitacion de brazos convulsivamente, al ritmo de aciiiiiiiidddddddddddddd!!!!

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