09 mayo 2010

A contracorriente

como buena sardinilla, uno suele dejarse llevar por la corriente. Es cómodo y te sientes arropado por millones de semejantes. Estamos tan acostumbrados a la rutina, a hacer "lo de siempre" o lo políticamente correcto, que tiene algo de rebelión el simple hecho de cambiar de tercio antes de tiempo y por un día dejar de ser sardina y promocionar a salmón.

Sienta bien.


1 comentario:

  1. Sienta fenomenal , a la mente y al cuerpo solo hay que ver la chicha que tiene un salmon comparado con la sardinilla.
    (tambien es agotador )
    me gusta Calamaro
    Un abrazo

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