Alejandro Magno ha pasado a la Historia como un tipo joven, guapo, preocupado por su aspecto físico y algo presumido. Seguro que era todo eso, como buen monarca de la Antigüedad, pero también debió ser cruel, duro y expeditivo. Un tipo que a los 30 años ha pasado la mitad de su vida en el campo de batalla no debe andarse con chiquitas. Así pues, cuando un ingenuo llamado
Gordias le puso delante la tarea de desatar un nudo de complicada factura, el macedonio, seguramente con prisa porque llegaba tarde a alguna contienda, dio un sablazo a la soga y a otra cosa, mariposa. El buen Gordias debió quedarse con cara de tonto y con los bueyes sueltos, aunque eso no lo cuentan los libros.
Muchos siglos después, en el albor del tercer milenio, parece que hay muchos más émulos de Alejandro que de Gordias. Tejer, construir, elaborar relaciones, empresas, obras duraderas, es trabajo de simples o eso nos quieren vender. Al contrario, los "listos" llevan la rapidez como enseña de éxito y la espada enarbolada para cortar cuantos nudos encuentran a su camino.
La herencia helénica no vino de la mano de la espada alejandrina, sino del lenguaje, la cultura, la arquitectura y la belleza elaborada a cincel. Un poquito de por favor, y tomaos un tiempo para desatar el nudo. Da más satisfacción que cortarlo.
Tiene razón Julio Anguita, cuando dice que el que se ha enriquecido, lo ha hecho siempre con poca ética... y eso desde épocas remotas...
ResponderEliminarBesicos
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ResponderEliminarZorro, tu prosa sigue excelente, pero me temo que has usado el ejemplo al revés.
ResponderEliminarSon los Gordias de turno los que paralizan el mundo, los que crean trabas imposibles de problemas triviales. La sociedad actual en el viejo continente es demasiado cobarde (y acomodada) para permitir la existencia de Alejandros.
Sin embargo, Alejandros es lo que necesitais, gente lista, resoluta con ganas de cambiar cosas. Lo que necesitais es un líder fuerte. Recuerdas cuando te decía hace más de un año que la solución para Grecia era dejarlo fallar. Han pasado 18 meses y aún estamos ahí a mitad de camino. Lo dicho, más Alejandros.
Belén, con todo el respeto a Anguita a quien considero una persona muy lista, esta frase es meramente basura marketiniana. La mayor parte de los "ricos" son gente que trabaja como nadie, que se esfuerza como nadie, que son más listos que nadie y que toman riesgos que los demás se niegan a tomar. Con todo el derecho del mundo acumulan riqueza, pero mientras lo hacen crean riqueza para todos los demás. Cuántos millones de puestos de trabajo han creado Jobs, Gates, Dell, Buffett, etc.
estoy de acuerdo contigo, pues todos esos nombres que citas son gente admirable que hubieran tenido muchas más trabas en Europa de las que tuvieron en Estados Unidos.
ResponderEliminarEl post no se refería a la economía, sino a los valores. Mantener la convivencia cuesta trabajo, seguir las leyes también. Hay demasiada gente a la que sus padres les dirigen por el camino más corto, ese que suele pisar los jardines ajenos. La libertad del otro, el civismo como señal de respeto, son conceptos moribundos.
Incluso entre tiburones hay reglas. No lo olvidemos.
La herencia helénica no tiene lugar, por desgracia, en los tiempos que corren, así no es de extrañar el desastre en lo que todo se está convirtiendo.
ResponderEliminarNo queda nada de la búsqueda de un Ideal Platónico, de las Artes y el pensamiento. La belleza se esconde ahora tras el bisturí de un cirujando plástico o en photoshop. No se nos deja pensar, quien lo hace o lo hacemos, sufrimos unas consecuencias.
Se esfuma la elegancia y la ética y campa a sus anchas el despropósito.
Besos
p.d. Buenas recomendaciones literarias tienes en tu blog, también musicales.
La Elegancia del Erizo me encantó, también Travesuras de la niña mala.
"se esfuma la elegancia", dices Ginebra, sí sin duda tienes razón. Lo práctico manda, Roma somete a Grecia.
ResponderEliminarPues en Madrid tenemos un gobierno poco griego, la verdad. Supongo que eso del lenguaje, la cultura, la arquitectura y la belleza elaborada a cincel les sonarán a cosas de rojos irredentos.
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