20 agosto 2024

El bosque tras el fuego

Hace dos años sufrimos un incendio sobre unas 800 hectáreas entre Navafría, Torreval y La Salceda. No llegó a Collado Hermoso por una climatología favorable y por el buen hacer de bomberos forestales, vecinos y la UME. Fuimos afortunados.

Así se veía el cerro del repetidor al término del segundo día de llamas, desde el Lomo de Collado.

La temperatura en el aire era muy elevada y nos fue difícil acabar con las últimas llamas y refrescar algo el suelo. Julio es el més más cálido en estas tierras y el aire estaba particularmente seco.

Tras unos días de incertidumbre sobre si el incendio se podía reavivar, las llamas se extinguieron. 

El paisaje era desolador una semana después. El suelo lleno de ceniza y miles de hoyos que revelaban donde estuvieron los tocones de los árboles. Aun había ascuas en ellos.


Al año siguiente comenzaron las labores de corta de los pinos que habían quedado en pie. Todos muertos. No se salvó ninguno. Los leñadores tardaron un año en retirar los pies y transportarlos hacia alguna industria que pudiera sacar beneficio de ellos. Muchos de los pinos, sobre todo en la zona más próxima a la Salceda tenían más de medio metro de ancho.

Hace una semana tomé estas fotografías en la zona más caliente del incendio. Se cumplen dos años y no se ha producido una regeneración natural de de los pinos. Sí hay crecimiento arbustivo, sobre todo de jaras y retamas. 

Acerca de los árboles supervivientes, en la zona más baja del incendio se salvaron algunas encinas y bastantes robles melojos, pero ni un solo pino. Nada en absoluto sobrevivió en las zonas de mayor altitud.



Algunos de los robles melojos ("quercus pyrenaica") salvados se vieron seriamente afectados por el fuego pero han conseguido regenerarse, y sobrevivir al menos estos dos años. Éste de la imagen, junto a la cañada, parece tener bastante buena salud.


Otra de las consecuencias ha sido la erosión, Así aparece una de las vías de saca que se han utilizado para extraer la madera. En esta zona el suelo es muy somero y la roca se encuentra a solo 30 ó 40 centímetros de la superficie. Las lluvias han lavado la tierra hasta llegar a la roca.

Ahora, dos años después, llega la pregunta habitual: ¿vamos a hacer algo para recuperar el bosque? ¿o acaso hay que dejar que la naturaleza actúe?

Difícil respuesta: muchas de las fincas quemadas son privadas o de gestión comunal. Otras son de aprovechamiento público, y todas ellas en una zona de usos limitados al estar en zona periférica del Parque Nacional Sierra de Guadarrama. Por tanto, la gestión del post incendio cuenta con bastantes opiniones y pocos voluntarios para meter recursos y dinero. 

Seguiremos informando. 


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