Llueve sobre mojado ...

... pero sólo en la parte Norte de la Península. En el Sur, sobre todo en el Sureste, no llueve ni sobre mojado ni sobre seco. ¿Habéis estado en el campo de Murcia o Almería? Marruecos es más verde, doy fe, y es triste que en el siglo XXI, en España, ríos de agua cristalina viertan al mar en el Norte cuando los embalses del Sur están más llenos de lodo que de líquido. Parece que todavía no podemos con la Naturaleza pero lo que en realidad sucede es que invertimos nuestros esfuerzos tecnológicos en otras área más rentables.

Más triste aún. Este problema es nimio si lo extrapolamos al continente vecino. En África son países enteros los que mueren de sed mientras ríos caudalosos los atraviesan. Faltan capacidad de gestión, tecnología y dinero para llevar el líquido vital a las bocas de los sedientos y a sus yermos campos.

Estos días se celebra la Cumbre del Agua, donde se debate principalmente si el acceso al agua es un derecho humano o simplemente el agua es una mercancía y como tal su control está sometido al libre mercado. Algunos países, los más pobres piden lo primero. Los europeos, como es costumbre en los últimos años, les secundamos y por fin, después de años de mirar para otro lado, el Banco Mundial parece ser proclive a esta postura. Pasos en buena dirección pero como siempre, lentos. Muy lentos. A este paso, cuando los acuerdos de Kioto o ahora de Ciudad de Méjico se sustancien en acciones, quizá haya estallado ya la primera guerra por el agua. Por poner un ejemplo nada descabellado, los países de la Cuenca del Zambeze (República Democrática del Congo, Zambia, Bostwana, Zimbaue, Angola y Mozambique) ya tienen frecuentes roces diplomáticos al costa del agua. Para nosotros sin embargo, ese agua sólo es una bonita foto de las Cataratas Victoria.