05 marzo 2006




Siete días para Bahreim

El próximo domingo vuelve la Fórmula 1. Si Alonso comienza ganando las audiencias serán altas y seguiremos hablando del asturiano y de su coche. Sin embargo, si las cosas no le van tan bien, sólo hablaremos de su inminente boda con la cantante de "El sueño de Morfeo". Si le van mal, cero. Como en los rallies, cuando acabó Carlos Sainz, acabó el interés de la gente.
















En España sólo hay un deporte que nos levanta de la silla ¡gooooool!. Eso sí si a algún otro deporte juega un español y gana, nos quedamos clavados al sofá. Todavía recuerdo la final de los JJOO de Los Ángeles. Tenía 13 años y me levanté a las 3 de la mañana. Desde entonces he pegado a la bola con Arantxa en Roland Garros, he visto el suelo a tres centímetros subido en la Honda de Crivi, y hasta he soltado el brazo a la vez que Garralda (y eso que nunca he entendido el balonmano). Maldito el gol de Stokjovic en Italia 90, o la caída de Blanca en Calgary, (no, lo de Gibernau es superior incluso para mí). Irracional sí, pero luego dirán que los españoles no sentimos los colores...




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