10 mayo 2006



¡y Olé!

no es para menos la faena del Sevilla. Celebrar cien años de existencia con un 4-0 en la final de una competición continental no está al alcance de cualquiera. Si además el equipo rival es el Boro, una institución nacida en 1876 al mismo tiempo que se invento el balompié, la ocasión resulta perfecta.

La verdad es que la gesta del Sevilla podría quedar empañada por el excesivo castigo que ha sufrido el Middlesborough. Por otra parte podríamos considerar justo el castigo, pues el Sevilla puso el fútbol imaginativo y los ingleses sólo una defensa ordenada y dos veteranísimos Hasselbaink y Viduka de palomeros.

Mi única pena es que entre los cracks del Sevilla sólo ha destacado un español, Navas. Todos los goles los marcaron extranjeros, una muestra de lo que sucede en el resto de equipos. Y viene el mundial ...

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