04 julio 2006

Una cita en Samarra سامرّاء

Vivía en Bagdad un comerciante llamado Zaguir. Hombre culto y juicioso, tenía un joven sirviente, Ahmed, a quién apreciaba mucho. Un día mientras Ahmed paseaba por el mercado, se encontró con la Muerte que le miraba con una mueca extraña. Asustado, echó a correr y no se detuvo hasta llegar a casa. Una vez allí le contó a su señor todo lo ocurrido, y le pidió un caballo diciendo que se iría a Samarra donde tenía unos parientes, para de ese modo escapar de la muerte.
Zaguir no tuvo inconveniente en prestarle el caballo más veloz de su cuadra, y se despidió diciéndole que si forzaba un poco el caballo podría llegar a Samarra esa misma noche.
Cuando Ahmed se hubo marchado, Zaguir se dirigió al mercado y al poco rato encontró a la Muerte paseando por los bazares.
"?Por qué has asustado a mi sirviente? - preguntó a la Muerte-.Tarde o temprano te lo has de llevar, déjalo tranquilo mientras tanto"... "Oh, no era mi intención asustarlo - se excusó ella-, pero no pude evitar la sorpresa que me causó verlo aquí, pués esta noche tengo una cita con él en Samarra"



Leí este relato de pequeño. Nunca olvidé los nombres Bagdad y Samarra y muchas veces lo repetí a mis amigos. Esos nombres evocaban tiempos remotos, magia, misterio y luz. Crecí con muchos otros cuentos como este, cuentos sobre mezquitas y magos, princesas y conjuras en la Alhambra, pasadizos secretos, tesoros, ... Con el tiempo y el estudio del Arte descubrí que en Iraq se encontraban maravillas arquitectónicas como la Mezquita Al Askari de Samarra, con su cúpula de oro construida con 72.000 piezas de oro y rodeada por paredes de porcelanas azules.

La cúpula de la mezquita de Samarra fue destruida en Diciembre pasado en el fragor de la guerra que asola el país. Barbarie del Islam dicen. No lo creo. El Islam iluminaba tres continentes cuando en Europa sufríamos los años oscuros de la Edad Media. ¿Qué ha pasado en la cuna de la civilización? ¿acaso en la tierra entre dos ríos nació el progreso y es allí donde va a acabar? Hoy la Muerte vive en Samarra y en Bagdad y en otras muchas ciudades de Mesopotamia, y no es tan gentil como antaño.

3 comentarios:

  1. Zorro, creo que somos telépatas... en versión resumida y en Damasco (me fascina lo que evoca Damasco) está también en mi blog de ayer.
    Que curioso...

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  2. ¡Pero qué fuerte Caracolico!. Somos telépatas fijo. Leí la historia cuando tenía 9 ó 10 años, en un libro de cuentos árabes que me regaló mi tío. Siempre la recuerdo, pero para colgarla en el blog la busqué en Internet. Me sorprendíó ver cientos de versiones, incluso una firmada por García Márquez, pero la que he colgado es la que recordaba.
    Adoro el mundo árabe y es una pena que tras alcanzar tanto progreso haya caído hasta donde ahora está.

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