18 septiembre 2006

Bocazas

diríase que al Papa se la están armando por ser quien es, y que si la sandez que soltó el otro día la hubiese pronunciado otro no se hubiera armado tanto revuelo. Puede ser cierto, pero la naturaleza del virtuoso reside en la prudencia y Benedicto XVI hoy se parece más al polémico Cardenal Ratzinger que a sus prudentes predecesores.

¿Qué puñetas nos importaba al común de los mortales lo que dijo un emperador bizantino del siglo XIV? Digo yo que algo enfadado con los musulmanes estaría un señor que un día sí y otro también veía como su "imperio" bizantino caía en manos de los turcos. ¿Está el Papa en la misma tesitura? Acaso las inofensivas palabras del tal Manuel II, hasta ayer enterradas en los legajos del Vaticano, no cobran hoy un inesperada peligrosidad en boca del primero entre los católicos.

"La primera virtud es frenar la lengua, y es casi un dios quien teniendo razón sabe callarse", dicen que esta sentencia la acuñó Catón de Utica, uno de los senadores romanos más bocazas de la historia de la república romana. Parece que Benedicto XVI se deja aconsejar por las acciones de Catón más no por sus palabras.

Mejor haría la Iglesia en mirar dentro de su casa y no meterse en la de otros. Y respecto al Papa, le recomiendo mejores lecturas que los discursos de ese Manuel:

"No contemples las faltas de los otros, sino sus virtudes, y piensa en tus propios defectos y debilidades".
Santa Teresa de Jesús

3 comentarios:

  1. no estoy de acuerdo con tu apreciación.
    ¿que quizás cometió un error? así lo ha reconocido. No obstante, no creo que sus palabras sean tan "ofensivas" para el mundo islámico (quizás lo sean para los que aun viven en el siglo XIV como Manuel II y mantienen la yihad como referente de vida).
    ¿te molestaría que un imán hiciera referencia a las cruzadas citando la fuente? a mi no, me la traería floja.
    Desde mi agnosticismo, creo que el Peneadicto XVI, tiene un nivel intelectual mucho más elevado que el populista demagogo del woytila (quizá esto lo haga más peligroso, pero prefiero que hable de lo que habla y que no esté todo el día diciendo que el condón es malo y los homosexuales el diablo.............).
    Que mantenga la religión a temas de fe y los dogmas y la aleje del día a día de la gente.

    ResponderEliminar
  2. Querido amigo, me he leido unas cuantas veces el discurso del senhor Ratzinger y no consigo encontrar parte alguna que pueda resultar molesta.

    Esto me llena de preocupacion por varios motivos. El hecho de que una figura publica de cierta relevancia no pueda hacer: a) una lectura de hechos historicos; b) un analisis de una situacion critica en el mundo; nos deja en un punto de lo mas preocupante.

    La religion islamica ha llegado a extremos de intolerancia, violencia (expecialmente contra las mujeres), racismo, etc. que deben ser cuestionados publicamente. No con una lectura tan suave como esta, sino con medidas serias. Hasta cuando la comunidad internacional va a quedarse tranquila viendo como poco a poco los extremistas religiosos sumen en la pobreza cultural, economica, sanitaria, ... paises enteros?

    ResponderEliminar
  3. Está claro que me expresé mal. El papa puede decir o hacer lo que le venga en gana siempre que mida las consecuencias. Lo que me preocupa es que un hombre tan inteligente probablemente ya había previsto la tormenta que iba a desencadenar. ¿Que busca con esto?

    Respecto a tu referencia la pasividad de la comunidad internacional, requiere algo más de análisis así que le voy a dedicar un artículo entero en el blog.

    ResponderEliminar