17 septiembre 2006

De viaje por Segovia

acabamos de regresar de otro fin de semana en Collado Hermoso (y van unos quinientos o así). Se puede decir de nuestro pueblo que es maravilloso, fantástico, fenomenal, y tantos adjetivos estupendos que nos regala la lengua española. Y por supuesto, no lo cambiaríamos por ningún otro pero para que no nos llamen paletos integristas de vez en cuando hacemos una excursión para ampliar horizontes.

Así que este sábado salimos de las cuevas collalbas, cogimos los bólidos, y nos fuimos a buscar la aventura allende Segovia. Lejos de nuestras montañas queridas y atravesando cultivos y pinares desconocidos llegamos a la muy antigua Villa de Coca.

Resulta que Coca ("CAUCA"), ya era una ciudad importante en la prehistoria, llegando a ser una de las más importantes plazas fuertes de los vacceos. Al final de la Edad de Hierro llegó a tener más de 20.000 habitantes y estuvo rodeada de una potente muralla, pero como todas las de nuestra provincia cayó bajo la dominación romana en el siglo II a. de JC.

La influencia latina no fue mala para Cauca e incluso vio nacer a un emperador de Roma, Teodosio I, uno de los últimos grandes gobernantes romanos y gran responsable del éxito del cristianismo en Occidente.

Los siglos posteriores sin embargo no parece que fueran de esplendor. Sólo la Reconquista vuelve a dar brillo a la ciudad gracias a su estratégica situación (entre los ríos Eresma, Voltoya y Balisa) dotándola de una nueva muralla hoy casi en ruinas.


Al final de la Edad Media la familia Fonseca se hace con el dominio de la zona y comienza la construcción de un hermoso castillo en estilo mudéjar. Más una obra de arte y lugar de residencia que un baluarte defensivo, el castillo de Coca parece sacado de las novelas de caballerías. No le falta ningún detalle: un gran foso, el puente levadizo (hoy desaparecido), elegantes almenas y decenas de matacanes.


Hoy Coca es un pueblo más, con sólo 2.000 habitantes y con la mayoría de sus monumentos en ruinas o en el subsuelo, pero el castillo sigue ahí, esperando para contarle a sus visitantes sus glorias pasadas y las leyendas de sus fantasmas.

1 comentario:

  1. ja, ja, no es que la pobre chica fuera torpe sino que le daba vergüenza cobrar 50ç/mejillón colorao.

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