14 diciembre 2008

Cambio de tercio

A veces, unas pocas en tu vida, se abre el portón y aparece un buen toro. Lo recibes de rodillas, a porta gayola, capote volando sobre los hombros y entre el color rosado adivinas el guiño de unos ojos azabaches engañados por la larga cambiada. Luego te das la vuelta, te sacudes el polvo de las rodillas y buscas al morlaco a tu espalda. Nueva suerte y nuevo desafío.

El embrujo no desaparece con los primeros pases, más bien lo contrario. Quedas prisionero del olor del animal, de su porte, del peligro de sus defensas. Todo es bello en los lances iniciales. El público observa y anima, embelesado. Todos se alegran de que por fin el arte y la furia estén juntos y a la vista.

Pero llegan los puyazos y con ellos se pierde la fuerza. La bestia ruge y el romance se desvanece. Llegan la sangre y los tropezones. Trabucado, el animal ya no es tan bello, ni tan fluido el arte del diestro.

Cambia el tercio y con la orquesta entra la desidia en el albero. Francisco Alegre ya no lo es tanto y de pronto urge matar y salir de allí. No es fácil. El juego es antiguo y las reglas no las pone el matador, ni el toro. Pases futiles, medias verónicas que sólo suscitan palmas tímidas. Pequeños triunfos para un cierto desenlace.

Y al final qué. Un animal indefenso esperando una decisión inevitable. De frente ambos. Contentos, ninguno. Si al menos todo acabase de forma rápida, pero no tendremos esa suerte …

Y es que la vida, como diría el filósofo de Ubrique “é como u toro

12 comentarios:

  1. Esto tiene tantísimas lecturas... Me ha encantado.

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  2. ¿Este post es una metáfora? ¿Quieres decirnos algo? Mira que ya sabes que yo soy "muy básica", jajaja

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  3. Gracias zorro!. Allá donde toree Francisco Alegre siempre te llevaría de apoderado
    Bicos

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  4. tranqui, perla, como bien dices es una metáfora. Hay gente que ve cosas detrás y hay otros que sólo vemos un bello texto. Ja, ja.

    me alegro de que te guste, querida Estatua. Conste que no soy un fan del toreo, pero hay que reconocer que da para mucho.

    Ay, amigo Tigre, la más básica interpretación de la fábula es descubrir si eres el toro o el matador ... ¡ ten cuidado con lo que eliges !

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  5. bonita crónica del partido del sábado....

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  6. Yo soy Tauro.
    Soy un animal indefenso esperando una decisión inevitable.

    Pero no agites ese paño rojo delante mío si no querés problemas.
    Que un toro puede estar dormido o herido, pero sigue siendo toro.

    :)

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  7. En dos palabras Zorro, IM PRESIONANTE, le tenían que sacar a hombros y con las dos orejas y el rabo en las manos.

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  8. Esa es la gran contradicción de la fiesta nacional me parece a mi, y por la que yo hace mucho que dejé de ir a los toros soy incapaz de ver solo el lado bello...
    Un abrazo

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  9. Pues yo me posiciono absolutamente en contra de los toros. Me dan una pena que no puedo soportar. Es una vergüenza de fiesta, una salvajada.

    Bastante nos tenemos que torear entre nosotros siendo novilleros toda la vida...

    Besos,

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  10. qué apasionante es la palabra. Ved como ante la metáfora un pragmático vislumbra un partido de fútbol, una cuentacuentos me advierte de su peligro y elige el lado del débil y dos trovadoras del amor denigran el instrumento. Muere la metáfora bajo el peso de la "fiesta nacional".

    Gracias chicos, los comentarios siempre enriquecen el post.

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  11. "El nivel evolutivo de una sociedad, puede ser medido por la forma en la que tratan a sus animales".

    Llamar "fiesta" o "espectáculo" al asesinato de un animal, debería darnos vergüenza. Es, en mi opinión, un acto de absoluto sadismo.

    Pondría al torero desnudo, tal y como su madre lo trajo al mundo, frente al toro, y que comience el "espectáculo".
    ¿Sádica, cruel?, contemplad al hombre indefenso frente al animal, herido y sangriento por sus ataques, y aplaudid pidiéndo su "rabo y sus orejas".

    Por una vez, sólo por una vez, tal vez los pro-taurinos comprenderían.

    O tal vez, no, así de estúpidos somos los humanos.

    natalia.

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  12. No conocia tu blog pero he de reconocer que me encanta tanto lo que escribes como la gente de la que te rodeas cuanta sabiduria hay en las palabras de la mayoria seguiré visitándolo si me lo permites con una curiosidad creciente Un saludo a todos. Arpegio

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