04 septiembre 2009

Sospechosos habituales

Mi amiguete New Yorker me manda un artículo donde se comenta que una sonda india ha visto las huellas de una de las misiones estadounidenses en la Luna (concretamente en 1971). El ínclito neoyorquino aprovecha para decirme que mi excepticismo sobre el alunizaje de 1969 se va por los suelos.

La verdad es que yo no tengo conocimientos de astronáutica, y muy pocos de astrofísica así que mi posición no parte sino de conjeturas políticas. Pero de esto último entiendo algo más.

¿Sería posible hoy semejante viaje? Es probable que los avances técnicos del año 2009 nos permitan poner gente en la Luna, en Marte o incluso más allá. Con la cuestión técnica resuelta, sólo tendríamos que preguntarnos ¿para qué ir allá?, y si decidimos ir, ¿cómo convencemos a los contribuyentes para gastar el equivalente a un año del PIB en semejante viaje?




Pero hace 60 años el problema era el inverso. Los norteamericanos tenían claro que sí merecía la pena ir, pues había que ganar a los soviéticos la carrera espacial. En plena escalada nuclear, no era una cuestión de orgullo, sino de supervivencia. Ok, vamos allá pensó el presidente Eisenhower con una mentalidad militar más que política. Ocupamos la luna llenándola de lanzaderas de misiles y damos un golpe moral a los rusos. El pueblo americano apoyó sin reservas a su gobierno, amedrentando por el exitoso lanzamiento del Sputnik en 1957.

Pasaronn los años y a mediados de los 60 tanto americanos como rusos ya saben que es técnicamente inviable establecer bases militares en la luna. Ni siquiera bases en órbita terrestre. Y es entonces cuando comienza la carrera espacial propagandística. En 1961 Gagarin consigue salir de la atmósfera de la Tierra y en 1965 otro cosmonauta soviético, Leonov, disfruta del primer paseo espacial de la Historia de la Humanidad. Es fácil imaginar el estado de ánimo americano en esos días de mediados de los 60.

Imaginemos una reunión en la Casa Blanca un día cualquiera de 1968. El presidente Johnson escucha mientras algún comité científico alerta de las escasas posibilidades de un alunizaje y menos aún de que los astronautas regresen. Los militares mientras tanto, presionan pidiendo un golpe de efecto. Los financieros se quejan de la sangría económica que las carreras balística y espacial están provocando. Y, en medio de todos, un brillante asesor propone echar una mentirijilla al mundo …

¿Qué creéis que sucedió?


Yo ya he visto de lo que son capaces los gobiernos, todos ellos ya sospechosos habituales. El GAL en España, el IRANGATE en Estados Unidos, la explosión del Rainbow Warrior en Francia, los asesinatos de los dirigentes de la BAADER-MEINHOFF en Alemania, … En todo lo anterior hubo que matar gente. En el hipotético timo de la Luna sólo hubiera habría que montar decorados.

Hala, a reflexionar

7 comentarios:

  1. Aún están por ver los resultados positivos para la ciencia que se derivaron de aquella expedición. Propaganda, despilfarro y espiritu de guerra fria.

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  2. pasaba por aquíseptiembre 04, 2009

    Me quedo con Tony Leblanc en El Astronauta, (del año 1970!!!!!!) en la que llegaba a la "luna" con un botijo colgado del cinturón después del vuelo en La Garrapata..... lo demás todo es mentira.

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  3. Mmmm... Tu hipótesis me parece interesante, pero sigo creyendo que sí llegaron a la Luna. Cierto es que carezco de argumentos científicos para creerlo, pero se trata de una creencia, al fin y al cabo.
    Que valiera la pena gastarse ese dineral y arriesgar tantísimo para elevar el estado de ánimo de un país no lo creo tanto.
    Como "Pasaba por aquí..." me quedo con Tony Leblanc. ¡Gran película!

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  4. Yo siempre me lo he creído, la verdad... pero no me extrañaría nada que fuera todo un bluff...

    Besicos

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  5. Mira que son guarretes los Selenitas (quizás no existan, aunque también hay fotos) que llevan años sin barrer las pisadas terrícolas, pero para huella cojonuda e indiscutible, que también fueron por asuntos políticos, las que dejaron Little Boy y Fat Man de las que hay muchas fotos, que orgullo ser el primero en dar un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad.

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  6. Pues yo hasta que no lo vea en algún folleto de agencia de viajes, con descripción de las instalaciones y detalle de bienvenida, no me creo ná de ná.

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  7. Vaya usted a saber, que si nos metemos en teorías conspirativas la imaginación vuela. Y lo inquietante es que la realidad debe de superar a la más genuina imaginación.
    Claro que para biajar me quedo con nuestra Segovia; o Nueva York, que en unos días estaré por sus calles...
    Y como dice un comentarista, Tony Leblanc y su peli, total!!

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