El agua que fluye hacia nuestro lado de la montaña acaba su recorrido en la decadente y hermosa ciudad de Oporto. La cuenca del lado sur de la cordillera conduce hacia la capital lusa, Lisboa, y lleva la corriente hasta el estuario del Tajo, el más impresionante de la península.
Cornisas de hielo en el Nevero |
Por la vertiente madrileña de la sierra, las aguas se encauzan a lo ancho del Valle del Río Lozoya, entre las paredes carpetanas y las de la Cuerda Larga. Prosiguen por el valle hasta llegar al Embalse de El Atazar. Normalmente se beben todo el agua los madrileños, pero la parte destinada a cauce ecológico y el eventual sobrante desemboca en el Río Jarama y luego en el Tajo.
Tajo y Duero llevan nuestras aguas y parte de nuestra tierra hasta el país vecino. Siempre que visito Lisboa u Oporto lo tengo presente, y trato de atisbar algo de nuestra impronta segoviana en las turbias aguas de sus desembocaduras.
Oporto desde la margen izquierda del Duero |
Interesante punto de vista! El destino es caprichoso y el azar juega un importante papel, como en "dos vidas en un instante", de la bellísima Gwyneth, pero en plan acuoso... ;-)
ResponderEliminarPor cierto, me debes una víbora! Espero con avidez...
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