04 mayo 2008

Unos días en Vizcaya

Acabamos de llegar de nuestro viaje al Norte. Pocas ganas de elegir destino y un par de minutos en la web de Bancotel decidieron por nosotros. Destino Bilbao, pero el mismo Bilbao ¡eh!. Un buen hotel cerca de S. Mames nos ha servido de base para unas minivacaciones maxiaprovechadas.

Primer acierto: Bilbao está aquí al lado. Junto a las playas valencianas, las vascas son las que más cerca quedan de nuestra casa. Cuatro horitas de ida y otras tantas de vuelta. La ventaja es que mientras en el Levante los madrileños son una plaga, allá en el Norte somis una "rara avis", y claro, hay mucho menos atasco entrando y saliendo. Es una pena que décadas de tensión política y la obra de los asesinos de ETA hayan provocado un rechazo masivo de los castellanos respecto a viajar al País Vasco.

Segundo acierto: pedazo de clima hemos tenido. No ha hecho tanto sol como en otros lugares pero lo suficiente como para poder ir un par de días a la playa. Bañarse era otra cosa, pero le eché un par y me sumergí en el agua del Cantábrico. Helada. El resto de tíos que había en el agua estaban vestidos de neopreno tratando de coger alguna buena ola. Me miraban como se mira a un chalao, pero ellos tienen el mar todo el año y no sabían que yo tengo que aprovechar cuando tengo oportunidad.

Os cuento cómo se dio la cosa: el jueves noche estuvimos de "pintxos" por el viejo Bilbao. Habíamos ido andando desde el hotel (en el otro extremo de la ría) y nos dio tiempo a abrir el apetito mientras el atardecer iba cayendo sobre el "Bocho". Un paseo verdaderamente bonito. Esta vez no vimos ninguna trainera entrenando por la ría, pero sí tuvimos la ocasión de ver como el sol hacía refulgir el exterior del Guggenheim. Sólo esa visión ya merece la visita. El regreso, con el estómago lleno, y cruzando la ciudad por la Gran Vía sabiendo que al día siguiente era viernes y no trabajábamos, no tuvo precio.

El viernes, pasamos a ver a los antiguos compañeros a la oficina de Zamudio. Qué alegría verles y que envidia ver cuan diferente es trabajar en el Parque Tecnológico, entre bosques y praderas, sin ruidos ni contaminación, a currar en el ajetreado Madrid. Del tiempo invertido en llegar a la oficina ni hablamos. En la capital nos pasamos la vida yendo y viniendo del lugar de trabajo.
Tras la visita nos fuimos, por la línea de la costa, en dirección Este. Hora de comer en el Restaurante Eneperi, entre Bakio y Bermeo. Primer contacto con la cocina vasca y orgasmo colectivo en cada dentellada. Im-presionante. Casi tanto como la siesta posterior sobre la arena de la Playa de Bakio. Un tour en coche por la costa y un paseo por el puerto de Bermeo pusieron la guinda a la jornada. Es curioso lo parecidos que son los puertos de Llanes (donde fuimos hace un mes) y Bermeo. Misma estructura de la rada y del rompeolas, mismos bares, barcos similares, los mismos vejetes a los que no se les entiende una palabra (por cierto, todo Dios habla euskera en Bermeo, todo lo contrario que en la capital).
Y aquí os pongo la foto de la última visión del día, Urdaibai desde Mundaka.

Sábado, día soleado y éxodo desde la ciudad hacia las playas. No había madrileños, pero nos unimos a las hordas bilbaínas que invadieron la costa cántabra. Después de la Villa de Castrourdiales, ya tomada e incorporada al territorio vasco, pasamos de largo por Laredo y acabamos comiendo en Santoña (hasta arriba de vascos también). Tras degustar un pescado excepcional y comprar la preceptiva conserva santoñesa fuimos a pasar la tarde en la playa de Berria, un impresionante arenal de dos kilómetros de largo y en el que todavía se respeta la Ley de Costas, (como en casi todo el Norte, es justo decirlo, he aquí el ejemplo de otra playa en la que paramos volviendo a Vizcaya).


Y por la noche, nuestros anfitriones, un bilbaíno y una vallisoletana, nos llevaron a ver los chalecitos de Neguri, que dejan en pelotas a los chalets de la Moraleja y luego a cenar al puerto deportivo de Algorta. Más pescado y dos botellas de txacoli. ¡Viva Bilbao y muchas gracias Jon Ander y Silvia!

Pd. por cierto, para aquéllos que hayan oído que los bilbaínos lo hacen todo a lo grande, ahí va la confirmación: ¡hasta los perros comen chuletón!

12 comentarios:

  1. Felicidades por el relato, por haber elegido uno de los mejores lugares que se pueden visitar en estos momentos. Y sobre todo por lo que se te ve que habéis disfrutado.

    ResponderEliminar
  2. gran sitio el del puerto deportivo.....

    veo que aprovechaste el viaje, bien hecho, Zorro.

    A por cierto, felicidades por la liga... merecida, merecida.

    ResponderEliminar
  3. Pues sí, la verdad es que leyendo el relato y viendo las fotos, dan ganas de ir. Me lo plantearé en el próximo puente

    ResponderEliminar
  4. Tú sí que sabes disfrutar. Me encantaría ir a esas playas, pero sobre todo .... disfrutar de esas orgásmicas comidas que describes (ya me conoces,jaja).
    Por cierto, Vallecas sigue siendo Madrid ... y ni yo trabajo el 2 de Mayo.

    ResponderEliminar
  5. Que bien te lo pasas
    "azeri arrunta", y Bilbo cuan grande es que hasta se sale de los Atlas.

    ResponderEliminar
  6. Tambien a mi me encantó Bilbao y estoy contigo en que el Pais Vasco es un gran desconocido..mira que me apetece volver .
    Un beso viajero

    ResponderEliminar
  7. Zorro, ¿hos hacemos pastafaris? lo del Mostruo Espagueti Volador es de las cosas que últimamente más me ha impactado.

    http://tetraedro.wordpress.com/2008/05/07/%c2%bfpastafarismo-en-la-escuela-propuesta-de-curriculo-de-educacion-infantil-para-la-asignatura-de-pastafarismo/

    Disfruta del pasillo.... por que espero que al final del partido no.

    ResponderEliminar
  8. Es cierto... el sol del atardecer sobre la fachada del Guggen es un espectáculo.

    ¿Lo has visto lloviendo? Se ve de los colores del arcoiris... puro placer para la vista.

    El pais vasco es de lo mejor que tenemos en España.

    Besos de hacetiempoquenopasabaporaquí,

    ResponderEliminar
  9. ya me he hecho pastafari pasaba. Como soy pionero y como en toda "start up" que se precie, espero ascender a apéndice tallarinesco en breve ... demasié.

    tengo que volver a Bilbao pronto, un día que llueva para comprobar que lo que dice Aprendiza es cierto ;)

    y por supuesto la próxima vez no me olvido de llevarme al Coyote y a mi Perla favorita, eh!.

    ResponderEliminar
  10. Eneperi! S.pec.ta.cu.lar! Hace unos años tuve la suerte de asistir a la boda de unos amigos de Bakio...y quede extasiado con ese restaurante y ese banquete con melodia de txalaparta...no 1, ni 2, ni 3, ni 4 platos...sino 15!! En mi tierra, reducto del bosque atlántico en las antípodas peninsulares, también se rinde culto a la gastronomía al margen de Chronos...pero lo de Eneperi fue dificilment superable en calidad y encanto!

    Zorro d Segovia, me ha sorprendido este rincon...espero colaborar asiduamente x aki a partir de ahora! ;)

    JJ

    ResponderEliminar